Sergio hace buenos números y Rudy se aburre en una feria de partido

En un partido de baloncesto horrible, infame y todos los calificativos que se les ocurran, Sergio volvió a demostrar que tiene nivel NBA (12 puntos y dos asistencias) a pesar de su justificado cabreo y Rudy se aburrió un día más. Hubo paliza de los Blazers, claro.
Si no fuera porque en el partido había dos españoles, el Blazers-Knicks hubiese sido el peor entretenimiento sobre la faz de la tierra. Imaginen el partido más aburrido que se les ocurra y multiplíquenlo por 10. Culpa, toda ella, de unos New York Knicks que una vez más fueron una banda criminal con un balón de baloncesto de por medio.
Sergio acabó el partido visiblemente enfadado, al verse en medio de una feria en la que ninguno de sus jugadores no sólo no se la pasaba, sino que no pretendía más que engordar sus números sin el menor rubor y sin gana ninguna de jugar al ba-lon-ces-to. Normal. Pertecenecer a ese equipo en estos días en los que decide no comparecer debe ser desesperante. Sus tímidos intentos de jugar y hacer jugar fueron gritar en el desierto.
Eso sí, por lo menos el español demostró que es, de lejos, merecedor de un puesto en este equipo el año que viene y se dio el gusto de clavar algunas canastas a su 'amigo íntimo' Jerryd Bayless. Su salida, con dos fulgurantes aros pasados, fue casi lo único potable que hicieron los Knicks. Lo que sí es una verdad absoluta es que el canario fue el único jugador que quiso pelear y disputar un partido de baloncesto con todas sus letras.
Rudy se aburre, y de qué manera
Lo de Rudy es distinto: es un jugador al que su entrenador limita dentro de un sistema ganador. Es lógico que esté harto, porque es jugador para mucho más, pero está dentro de un grupo que lucha por ganar.